Consecuencias de cláusulas mal redactadas o abusivas en la inversión de bienes raíces
Cuántos testimonios de personas que han comprado terrenos, han sufrido las consecuencias de no leer detenidamente los puntos más importantes dentro de un contrato de arrendamiento o compra de propiedad. Todavía se ven casos de dueños, que han vivido décadas en un determinado terreno, porque el arrendador les garantiza la propiedad por al menos 50 o hasta 100 años; lamentablemente, dentro de dichas cláusulas, no se dieron cuenta, que tal arrendador tendría la capacidad de vender el
terreno donde están emplazados a otro tercero, sin siquiera previo aviso, dejando al nuevo comprador, tener que lidiar con todo el papeleo y cuestiones legales, con el afectado que ha estado viviendo por más de veinte años en dicho territorio. Hay que tener cuidado con esa clase de abusos que pueden llegar a dañar seriamente la vida de nuestros semejantes.
Si bien puede resultar tentador esta clase de prácticas, lo mejor es evitarlas en todos aspectos, porque los problemas legales a los que se enfrentan, tanto el propietario como el inquilino, podrían resultar muy desagradables para ambas partes.
Dentro de la inversión hipotecaria, los contratos pueden ser algo complicados de redactar, sobre todo si no existe experiencia previa por parte del casero en los puntos esenciales o cláusulas de un documento tan importante. Por ello, se recomienda que se acuda a un profesional en el tema para que no haya confusiones de ningún tipo.
Responsabilidad del arrendador para evitar puntos abusivos en la cláusula de contrato en bienes raíces.
Aumentos repentinos de rentas mensuales sin previo aviso. Es una práctica que si bien es un tanto cruel, también es bastante común dentro de la inversión en el sector inmobiliario. Hay que evitarla, porque serias consecuencias legales podrían resultar para el inquilino y el propietario.
De acuerdo a inflación y plusvalía, los aumentos están determinados por porcentajes límite, no más de lo que se estipula. Por ejemplo, durante el 2018, las rentas aumentaron entre un 5 y 8%, al menos en la Ciudad de México, pero nunca debió o debería de incrementarse por arriba del 10%. Si usted como arrendador acude a este tipo de prácticas, entonces es probable que pronto reciba una notificación por parte de un organismo regulador de protección al consumidor.
Ingreso a domicilio por parte del arrendador de bienes raíces
Es esencial checar los permisos que la persona que renta, estipula en los contratos. Pero normalmente y por respeto a la privacidad del inquilino, no debería haber ninguna clase de invasión a la privacidad e intimidad, por parte de nadie, ni siquiera por parte del dueño original de la vivienda, no al menos de manera arbitraria o cuando al arrendador le parezca.
En ese sentido, el contrato debe estar explícito, para ambas partes, y especificar bajo qué concepto o situación, será plausible que haya un permiso de ingreso. Por ejemplo, una razón de peso, sería para aliviar una condición peligrosa en el interior de la vivienda, para prevenir un siniestro o en caso de una emergencia real en los interiores. Dentro del contrato hipotecario, hay que estipular eso desde el principio.
Terminación de contrato de arrendamiento en bienes raíces rentables
Dentro de términos generales en un contrato, finalizar el mismo sin preaviso, es ilegal. Por ello, es importante que usted como arrendador, si desea o necesita terminar un vínculo entre propietario, tiene que saber que debe estar muy al tanto de la fecha de terminación del contrato, y dependiendo de la fecha, checar si posee una margen de tiempo de al menos 3 meses, para otorgar un preaviso al arrendatario, por todos los medios posibles.
Lo mismo debería ser al revés, y el que renta igualmente debe estar atento a la fecha de terminación, avisar por cualquier medio a su arrendador, explicándole que ya no desea seguir con el vínculo de renta.
Si esto es respetado cabalmente por cualquiera de las dos partes, entonces no debería suponer un problema legal a futuro, donde se tengan que meter penalizaciones, multas o indemnizaciones.