Dentro de la inversión hipotecaria inteligente, se puede suponer una proyección beneficiosa en diversos frentes, desde la economía personal, hasta el ahorro a grandes rasgos dentro de una zona urbana. Inherentemente también vendrá el beneficio ecológico regional y tal vez, global.
Definitivamente, una ventaja pública de los techos verdes, viene a través de tres factores: la disminución de isla de calor urbano, mejora en la calidad del aire respirable -interiores y exteriores-, y además, en una óptima gestión en diversos temas públicos, como el control ideal en aguas de lluvia. Es común que muchas ciudades tengan un problema cuando sus sistemas de drenaje colapsan ante épocas de monzones, debido a que el agua no puede ser bien canalizada, por la presencia cada vez menor de áreas verdes, y la saturación del drenaje por la obsolescencia infraestructural.
Habrá de imaginar la posibilidad de que, en muchos sectores de una ciudad, cuenten con más áreas y techos verdes, procurados e incentivados por programas que ayuden a un financiamiento inmobiliario sustentable, que beneficie a las constructoras, al ciudadano y a toda una civilización o sociedad.
Las azoteas verdes y áreas con vegetación, ayudarían mucho a la reducción de grandes volúmenes de agua que vienen con lluvias fuertes, y así, los sistemas de alcantarillado no tengan tanta carga de trabajo, al menos en una reducción del 70%. Una cubierta verde, además, sería capaz de reutilizar el agua de lluvia para beneficio de un edificio, dependiendo del diseño o configuración de la edificación.
Optimizar la eficiencia energética con inversión de casas con techos verdes
Ahora, la ventaja más personal en esta clase de viviendas, viene con el rendimiento energético en los aparatos de uso cotidiano, enfatizando al aire acondicionado y otros mecanismos de climatización. Esto se magnifica todavía más en estaciones específicas, como el invierno, donde el calor de muros y techos se pierde más, y en el verano, donde la misma estructura atrapa por más tiempo el calor. Estos fenómenos provocan en interiores de casas y edificios, ciertas fluctuaciones térmicas que pueden llevar a incomodar a las personas, obligando a tener encendidos los aparatos de calefacción y aire acondicionado por más tiempo, dependiendo de la época del año.
De acuerdo a ciertos estudios, una azotea con vegetación disminuye hasta en un 90% el calor incidente en edificaciones, al menos en comparación con techos normales; mientras, en invierno, la pérdida de calor se aminora hasta en un 25%. La rentabilidad hipotecaria está garantizada con esta clase de proyectos autosustentables.
En cuanto al ahorro de energía eléctrica en uso de sistemas de climatización, aumentaría hasta en 70%, cuando la vivienda u oficina cuenta con techos verdes. También habrá de considerar los factores en cuestión que van a la par del ahorro de energía, como las tarifas eléctricas, el tipo de proyecto de cubiertas vegetales, eficiencia en aparatos, eficacia de sustratos y el clima de la región.
El techo verde mejora la impermeabilización original de la inversión de vivienda
Generalmente las azoteas convencionales cuentan con una vida útil de 15 años, y a partir de ahí, se tiene que refrendar la impermeabilización cada cierto periodo. Esto pasa porque las membranas al estar en constante contacto con temperaturas oscilantes de frío y calor, invariablemente se verán afectados.
Caso opuesto, las membranas impermeables de una azotea verde, permiten variaciones térmicas de apenas una diferencia de algunos grados centígrados. El techo convencional puede llegar a permitir variaciones de hasta 50°C, afectando directamente las membranas de protección.
Dependiendo del proyecto de inversión inmobiliaria con azoteas verdes, su vida útil puede llegar hasta 25 años o más, reflejando ahorros energéticos y de mantenimiento de casas. Lo mejor es acercarse a los expertos en la materia, para planear el mejor proyecto.