Las prácticas fraudulentas dentro de una inversión hipotecaria, acarrean consecuencias nefastas para arrendador y arrendatario. Es necesario que se eviten a toda costa esta clase de acciones, que solo afectan el tiempo, economía y reputación de cualquier persona física o moral.
Evitar adelantos de mensualidades en rentas de bienes raíces
Algunas situaciones que han llevado a juzgados a ambas partes, es solicitar o tratar de cobrar montos adelantados de meses subsecuentes. En el contrato hipotecario debe ir bien detallado ese aspecto, ya que se podría considerar una acción abusiva que llegue a llamar la atención de autoridades en derechos del consumidor.
Por ello, las cláusulas tendrían que ser sensatas en esos términos, al igual en cuanto a finalización de arrendamiento en tiempo y forma, así como los eventuales incrementos de los montos, con sus respectivos porcentajes de acuerdo a inflación y plusvalía del mercado en la región donde se hallen las propiedades.
Cláusulas de remodelaciones o reparaciones en el contrato de bienes raíces
Antes que nada, un inquilino bien asesorado, va a ser aconsejado para que no haga pagos por reparaciones o remodelaciones que se le tengan que hacer a la propiedad. En muchos lugares, la ley cuenta con imprecisiones y algunas lagunas, que pueden ser tentadoras para que el arrendador endose arreglos al arrendatario. Esto invariablemente tendrá como consecuencia, litigios en la materia.
Algunas personas pueden caer en estas cláusulas un tanto viciadas, pero aunque haya una aceptación por esa misma gente, normalmente su validez ante un juez de tribunal, podría resultar nulo. Entonces, como dueño de propiedad, es esencial fijarse en esa clase de detalles.
El Código Civil Federal es claro en ese aspecto, imbuyendo al arrendador a mantener la propiedad en el mismo estado que cuando se rentó, incluso si no hubiese un pacto de por medio entre casero e inquilino. Las obligaciones del
propietario son ejecutar las reparaciones necesarias en temas básicos, como en mantenimiento eléctrico, de plomería, así como en estructura de muros, techos y paredes.
Esto incluirá aquellas reparaciones que son más serias, como tuberías dañadas por la erosión o el sistema de calentamiento de agua. El arrendador debe estar consciente que esas fallas son por el inevitable pasar del tiempo, desperfectos que se han ido generando desde la adquisición de la casa, incluso mucho antes de que los actuales inquilinos se mudaran.
Ahora, cuando la inversión de bienes raíces es en condominios, es común que el arrendador estipule en el contrato ciertas especificaciones de montos, dentro de los cuales pueden contener, una inclusión de cuota especial en el total de la mensualidad. En ese sentido, es fundamental que el propietario redacte muy claramente el contrato, y que el futuro residente se fije muy bien en los puntos, antes de firmar el papel. Esto es importante para evitar malos entendidos y los subsecuentes juzgados.
La importancia del depósito en garantía en bienes raíces rentables
Un contrato debidamente redactado debe tener este apartado en específico, detallando para qué se usará, así como los montos que deben pagarse. Esta garantía tiene que cubrir los eventuales desperfectos que pudiera generar el ocupante de una vivienda rentada. Si por accidente este rompe una llave, descompone la calefacción o causa un daño en la estructura, y no hizo el pago o reparación correspondiente, entonces el pago del depósito en garantía debería cubrir los gastos necesarios para la reparación.
En caso de la finalización del contrato, y que no se haya presentado una eventualidad como tal, entonces el arrendatario por obligación, tendrá que regresar ese monto en garantía. Este tipo de puntos son esenciales dentro de cualquier contrato, y sin duda los futuros residentes que estén verdaderamente interesados, tendrán este tipo de preguntas, que usted como dueño deberá responder cabalmente.