Desde hace mucho tiempo hasta la actualidad, la huella de proyectos de construcción y arquitectura, vienen impactando la economía y ecología del país. Hasta el 2010, el consumo energético total se había disparado hasta un 20%, con un incremento de desechos sólidos del 77%, y a su vez, aumento de emisiones de CO2 de hasta el 8%. Es de suponer que, hasta la actualidad, esos incrementos sean inminentes. Tan solo hay que ver esos casos de edificios ya viejos y obsoletos que se siguen usando para trabajar, donde las personas son afectadas por el clásico síndrome de edificio enfermo.
Dentro del mercado hipotecario, al inicio del milenio, ya se empezó a tomar en serio diversos temas entorno al financiamiento inmobiliario sustentable, donde los tópicos como eficiencia energética, energía renovable y arquitectura bioclimática fungieron como los temas relevantes. Los expertos en edificación sustentable y arquitectura bioclimática, han sido enfáticos en que debe haber una evolución de proyectos inmobiliarios junto a la eco-sustentabilidad, donde se debe sacar provecho cabal de los bioclimas de toda región donde se proyecte una urbanización.
Es trascendental que, si se desea adquirir un financiamiento inmobiliario, entonces habrá de checar las normas vigentes de edificación sustentable en el gobierno mexicano, para poder aprovechar la selección de energías renovables en la climatización y uso de energía para los aparatos en casa. Igualmente, para percibir la mejor rentabilidad hipotecaria, es necesario conocer los diferentes materiales de construcción de la actualidad, para moldear el mejor proyecto hacia futuras ventas provechosas en el mercado hipotecario.
El edificio sustentable es aquel que saca provecho máximo de los bioclimas disponibles en una determinada región. Por ello, para el mejor proyecto que saque mejores dividendos, se necesita de una planeación y gestión en la edificación de viviendas con sustentabilidad.
Todo esto toma más relevancia en grandes ciudades como Monterrey, donde la contaminación está siendo cada vez más seria, repercutiendo a todos niveles y desde cualquier ángulo, ya sea en exteriores con la polución de industrias y coches, así como en interiores con la contaminación generada desde los mismos hogares.
La plusvalía de terrenos y propiedades se puede maximizar aún más des de un punto de vista urbanístico, al tener en cuenta puntos importantes, como la solución de conservación del agua, temas de eficiencia energética, reducción de impacto ambiental por materiales reutilizados, soluciones para uso eficiente de aparatos y sistemas del hogar, y garantizar la calidad ambiental interior con buena climatización y ventilación natural.
El mejor proyecto inmobiliario sustentable, es aquel que saca provecho de los climas estacionales a lo largo del año. Por ejemplo, en invierno, donde los materiales de construcción ecológicos hagan su parte para mantener un hogar cálido, sin necesidad de utilizar demasiado la calefacción. O en verano, con un techo verde que permita la absorción de calor y refresque de manera natural una estancia, para no depender enteramente del aire acondicionado y sus inherentes costos en la factura de luz.
De acuerdo a estudios en materia de arquitectura y construcción, en nuestro México, se puede sacar mucho provecho de los bioclimas, para que la edificación sustentable, aproveche la energía natural circundante. Es decir, hay una relación intrínseca entre el diseño arquitectónico y el clima de cada región en el país.
Desde los años setentas se vienen haciendo grandes esfuerzos por incluir energía solar en cada vivienda, donde obviamente la autosuficiencia se veía limitada por los proyectos de cada distribuidor, algunos resultando muy eficientes, otros siendo muy endebles, sobre todo en casas de interés social.
La contribución ahí está, y lo importante es seguir esa línea con bienes raíces sustentables y rentables. Verá que, a través de esa combinación de filosofías arquitectónicas, las ganancias serán muy redituables en el financiamiento inmobiliario.